Nutrición artificial
El déficit nutricional requiere de un tratamiento específico, pero, en ocasiones, los pacientes, especialmente las personas mayores dependientes, están incapacitados para ingerir, digerir o metabolizar los nutrientes recomendados.
En estas circunstancias la nutrición artificial cobra protagonismo.
La nutrición artificial son los suplementos comerciales farmacéuticos para añadir a una dieta normal en aquellas personas que pueden ingerir alimentos, y los preparados comerciales farmacéuticos que constituyen la dieta enteral para aquellas personas incapaces de ingerir alimento (disfagia, tumores, etc.) y que se administran a través de sonda nasogástrica o gastrostomía.
Suplementos nutricionales
Son preparados farmacéuticos que se venden en las farmacias y que quizás algún día se vendan también en los centros comerciales.
Son preparados como los "potitos" de los niños, con muy diferentes sabores (chocolate, fresa, vainilla) y texturas (más líquidos, más espesos), que tienen una cantidad energética aproximada de 250 Kilocalorías y que completan, no sustituyen, la dieta habitual.
Son útiles para aquellas personas mayores con anorexia o que acaban de superar convalecencias de enfermedades graves que le han obligado a una larga hospitalización, como una cirugía, una prótesis de cadera, etc.
En el hospital las comidas no son específicas para cada paciente y es muy frecuente que por el diferente tipo de comida, las prisas y el carácter poco familiar de un hospital, la persona mayor sufra desnutrición en su ingreso hospitalario.
En estas situaciones es cuando estos suplementos son más útiles.
Nutrición por sonda nasogástrica y gastrostomía
Constituye la administración de toda una dieta artificial a través de algún dispositivo (sonda nasogástrica o gastrostomía) que lleva el alimento de forma directa al estómago.
Está indicado para aquellas personas mayores incapaces de deglutir.
Es el caso de las personas que han sufrido un infarto cerebral y que le ha afectado la zona de la deglución produciéndole disfagia e imposibilidad para la deglución.
Otra tipología de pacientes es la de los que padecen demencia en estado severo y se niegan a comer o bien a los que la propia demencia les produce disfagia.
Por último, otro grupo de pacientes es el constituido por los afectados por un cáncer de cabeza-cuello (cánceres de esófago, gástricos, de faringe, de cavun, cerebrales) que impiden el paso del alimento.
La sonda nasogástrica es la técnica más usada en España.
Es de fácil colocación, eso sí, siempre por parte de personal sanitario.
Consiste en la introducción de una sonda fina a través de la nariz, hasta el estómago, sujeta después a la nariz con esparadrapo para evitar que se salga.
La sonda nasogástrica mantiene el mecanismo del vaciado gástrico, permite el paso del alimento durante un tiempo y deja a la persona en libertad entre comida y comida.
Los cuidados que debe realizar la familia o el paciente son los siguientes:
- Tapar el extremo de la sonda con un tapón (el propio de la sonda) cuando se haya terminado de pasar la alimentación. -
Cambio del apósito de fijación de la nariz (esparadrapo de papel, no de tela, y no fijarlo en la frente o los pómulos, porque así se saldrá con facilidad, sino en la nariz) cada 24 horas o siempre que esté en mal estado para evitar que la sonda se salga y evitar así irritaciones o úlceras en la piel de esta parte del rostro.
- Limpieza de las fosas nasales y bordes del catéter diariamente, así como de la boca, con cepillo dental, o bien con gasas con oraldine o cualquier otro producto. -
Movilizar la sonda cada 24 horas para cambiar el punto de apoyo y así evitar que se formen úlceras o heridas en la piel de la nariz. -
Mantener la sonda limpia con la administración de 50 centímetros cúbicos de agua después de cada uso.
- Para dar el alimento, siempre en posición sentada y sin acostarse hasta después de una hora de haber acabado la nutrición para evitar de esta forma que pase el alimento del estómago al pulmón.
Hay que conectar la sonda nasogástrica por su extremo a la bolsa colectora de nutrición enteral y graduar su paso según las indicaciones mostradas por el personal sanitario.
Lo ideal es pasar alrededor de 500cc de alimentación en 1-2 horas y tres veces al día haciéndolas coincidir con las horas de desayuno, comida y cena.
Después de cada alimentación, conviene pasar 100 cc de agua en cada toma.
- Para pasar los medicamentos, es recomendable triturarlos o diluirlos en agua.
Se pasarán por la sonda nasogástrica utilizando una jeringa adecuada.
Después se añadirán los 50 cc de agua para evitar que el medicamento se quede en las paredes de la sonda y la obstruya.
No todos los medicamentos se pueden pulverizar, por lo que es conveniente que su médico le prescriba fármacos en forma de jarabe o que no pierdan sus propiedades cuando se trituren.
- Recuerde que cualquier duda sobre la nutrición enteral así como sobre los cuidados de la sonda urinaria debe resolvérsela su equipo médico y de enfermería de atención primaria.
La gastrostomía es una alternativa muy válida a la sonda nasogástrica y presenta una ventaja fundamental, que es la comodidad y el aspecto estético.
La técnica de colocación más frecuente de la gastrostomía es la gastrostomía percutánea endoscópica, que se realiza con anestesia local y sedación ligera en una sala de endoscopias.
El endoscopio (tubo fino con luz que se mete por la nariz hasta el estómago) marca el punto donde se debe puncionar el estómago con aguja fina.
Será por ese lugar por donde saldrá el tubito para introducir la comida.
La gastrostomía presenta como ventajas frente a la sonda nasogástrica un menor riesgo de arrancarse la sonda, un menor riesgo de aspiración pulmonar y un menor número de complicaciones con una nutrición más completa y rápida.
Sus cuidados son los mismos que los expuestos con anterioridad, con las siguientes peculiaridades:
- Es conveniente tapar la gastrostomía con un apósito para evitar que se enganche con la ropa o de forma voluntaria en caso de los pacientes con demencia, que se lo arrancan sin conocer su uso.
- Los bordes de la gastrostomía deben estar siempre secos y bien hidratados.
- Las recomendaciones anteriores en cuanto a paso de alimentos, líquidos y fármacos son las mismas que en la sonda nasogástrica.
- La gastrostomía suele presentar menos arrancamientos o extracciones que las sondas nasogástricas.
Si esto ocurriera, no se alarme, no es nada grave y es fácil de solucionar.
Avise a su médico con el fin de que ponga los recursos necesarios para volver a colocarle una nueva gastrostomía.
Si no se lleva a cabo una nueva gastrostomía, el orificio se cerrará en 24-48 horas.
Mientras se soluciona el problema, ponga un apósito (gasas) grueso (muchas gasas) para que absorba el contenido gástrico que sale por el orificio.
Aunque la gastrostomía parezca un remedio más agresivo que la sonda nasogástrica; sin embargo, es menos molesta, no es tan irritativa y le incomoda como tener un cuerpo extraño (una sonda) por la nariz las 24 horas del día.
Por ello, muchos pacientes, sobre todo los pacientes con demencia, se arrancan la sonda nasogástrica una y otra vez, lo que obliga a tenerlos sujetos.
En estos casos es cuando más indicada está la gastrostomía.
Esta técnica no es dolorosa y el paciente no siente que tenga nada extraño que le moleste.
Si el paciente con demencia se arranca la gastrostomía, es única y exclusivamente porque se encuentra con ello y, como le resulta curioso, tira de ello.