La Pieza Perdida

HABÍA UNA VEZ ... un círculo al que le faltaba una pieza. Y como por supuesto este círculo deseaba estar completo,
giró y viajó en busca de su pieza perdida. Pero debido a que era un círculo incompleto sólo pudo rodar
muy lentamente a través del mundo, e iba admirando a su paso las flores del camino, charlando con las mariposas disfrutando del sol....

    Encontró muchas piezas, pero ninguna le calzaba exactamente, por lo que las dejaba o un lado del camino
y continuaba su búsqueda. Hasta que un día encontró una pieza que le calzaba perfectamente.
    Imagínate lo contento que se puso. Ahora podría ser un círculo completo, sin nada que le faltara.
Incorporó la pieza perdida dentro de sí y comenzó a rodar.
    Y adivina : ahora que era un círculo perfecto podía rodar muy rápido.

    Demasiado rápido como para observar las flores del camino.
Demasiado rápido para conversar con las mariposas.
    Cuando se dio cuenta de lo distinto que era el mundo cuando rodaba tan rápido se detuvo,
dejó su pieza perdida a un lado del camino, y se alejó de ella rodando lentamente.
    Qué aprendemos de esta historia?
    Aprendemos que, en algún extraño sentido, somos más completos cuando estamos incompletos, cuando hemos perdido algo.

    El hombre que lo tiene todo es - de alguna manera - un pobre hombre.
    Nunca sabrá lo que es la sensación de añoranza, de esperanza, de nutrir su alma con el sueño de algo
    mejor.
    No conocerá la experiencia de tener a alguien que lo ame, que le entregue algo que siempre ha esperado y nunca ha tenido.
    Hay una completud en el Individuo que puede dar de sí mismo. que puede dar su tiempo,
su dinero, su fuerza, sin tener por ello la sensación de merma, de empobrecimiento cuando lo hace.

    Hay una completud en el individuo que aprende a sobrellevar sus limitaciones, que sabe quién es y qué puede y qué no puede hacer.
    Hay una completud en el hombre que ha aprendido que es lo bastante fuerte para soportar una tragedia
y sobrevivir, en el que puede perder a alguien por una separación, por un divorcio o una muerte
y que todavía se siente como un individuo completo, y no sólo como una parte de una pareja rota.

    Cuando hemos perdido una parte de nosotros mismos y podemos continuar rodando a través de la vida. apreciándola,
habremos alcanzado una completud a la cual otros sólo pueden aspirar.
    (Extracto del libro How Good Do We Have to Be?' H. Kushner)