jueves, 7 de octubre de 2010

Curiosidades de Semana Santa (La valentía de La Estrella)

La Hermandad de la Estrella es conocida como La Valiente por cumplir la estación de penitencia el Jueves Santo de 1932 siendo la única cofradía sevillana en procesionar en esa Semana Santa. La causa por la que las demás no lo hicieron fue el boicot de éstas al proyecto de Ley de Congregaciones Religiosas del Gobierno. Es la primera cofradía en pasar por las calles de Triana.

La valentía de La Estrella
  

Cuentan las crónicas periodísticas que una riada humana acompañó a la cofradía durante todo su recorrido y transformó la comitiva en un lento paseo triunfal debido a la flexibilidad horaria y a los incesantes vítores. Pero hubo quienes no se tomaron tan bien la salida de La Estrella.


Al parecer, sus hermanos recibieron en los días previas cartas anónimas y amenazas para que dieran marcha atrás, pero no lo hicieron. Es más, algunos de ellos salieron aquel día con navajas al cinto para proteger a sus imágenes, pero no pudieron evitar los atentados que se produjeron. 

El primero de ellos acaeció en la calle Valázquez, donde cayó sobre el palio un objeto pesado que, tras ser examinado posteriormente, resultó ser una perilla de cama que había sido manipulada para funcionar como bomba. Por suerte, no estalló.
El segundo tuvo lugar en la calle sierpes, donde otro descerebrado lanzó una piedra al paso del Cristo ocasionando desperfectos en uno de los ángeles. 

El autor fue detenido por la policía justo a tiempo antes de ser linchado por la muchedumbre. Pero lo peor estaba por llegar. Sobre las ocho y media de la tarde, cuando la Virgen se detuvo ante la Puerta de San Miguel, un individuo sacó una pistola y efectuó dos disparos apuntando al paso, aunque afortunadamente no logró alcanzar a la imagen. 

El pánico se apoderó de los presentes y el agresor trató de huir en medio del caos sin éxito, ya que entre la Benemérita y los propios ciudadanos consiguieron reducirle en la calle San Gregorio. 

Al parecer, se planeó otro ataque, esta vez colectivo, en el Paseo Colón, pero fue abortado a tiempo gracias al chivatazo de un anciano vendedor de sultanas.
Pese a todos los percances, la cofradía de La Estrella regresó ‘sana y salva’ a Triana en loor de multitudes y comenzó a forjar su leyenda de ‘La Valiente’.

La Valiente

Muchos recuerdan la semana santa de 1932, fecha desventurada en la que el ambiente envenenado no era nada propicio para la magna manifestación de las procesiones sevillanas. Pasó el Domingo de Ramos, sombrío y helado, bajo la amenaza vociferante de la exaltación atea.Pero llegó el Jueves Santo, y la Hermandad de la Estrella decidió salir a la calle. 

A su estación de penitencia acudió Sevilla entera, uniéndose en el testimonio viril de la Hermandad de temple y valor a raja tabla.Durante el camino no falta el atentado sacrílego. 

En las puertas mismas de la Catedral un forajido, que no era sevillano, hizo a la sagrada imagen dos disparos de pistola, que, gracias a Dios, ní le rozaron. 

La fuerza pública hubo de proteger al desdichado.El regreso de la Cofradía hasta el templo trianero de San Jacinto fue una apoteosis de fervor. Miles de sevillanos acompañaron a los hermanos, desagraviando a la Virgen de la Estrella en una pletórica demostración de sentimiento religioso.

La proclamación de la Republica en abril de 1931 puso inquietos a muchos. 

Tanto para los que pensaban que solo era un escalón en su camino a la Revolución, como para los que consideraban que era un salto bastante grande. Los incidentes no tardaron en surgir.Estos sucesos no incidieron en la semana santa de 1931., que transcurrió en paz e hicieron estación de penitencia cuarenta y cuatro cofradías. Pero, después del empeoramiento experimentado a lo largo de ese año, dieron motivos a los cofrades para coger miedo y el ambiente se enrareció.

Y antes de concluir el año hubo contactos propiciados por las autoridades para garantizar la salida de las cofradías en la semana santa del venidero año.

Juan Araujo y el Gran Poder




Cuenta la historia, que Don Juan Araujo, todo un mito en la historia del Sevilla FC. y más conocido como el "el pato", tenía una vida próspera y feliz. Pero tuvo que colgar sus botas al un inesperado percance que cambiaría su vida. 

Y esque la vida de Juan Araujo cambió radicalmente al enfermar su hijo de una grave enfermedad que hacía dificil encontrar un remedio por parte de los mejores médicos. 

Con un hilo de esperanza dentro de su desesperación, acudía muchas tardes a San Lorenzo para pedirle al Señor del gran poder por la mejoría de su hijo. 

Pero la vida le golpeó mucho más fuerte de lo que él golpeó al balón en sus tiempos de jugador ya que su hijo no superó la enfermedad y el pobre muchacho murió. 

En un ataque de rabia se dirigió, de luto, a San Lorenzo y se encaró con el Señor del gran poder, diciéndole: "que sepas que no vendré  más a verte porque no has querido salvar a mi hijo. Así que si quieres verme, vas a tener que ir tú a mi casa. "   

Pasaron los años y se celebró en Sevilla una Santa Misión (en el año 1965) en la que las imágenes de semana santa fueron llevadas a los barrios para  promover la devoción.
 

La cruz de la Hermandad de La O



 
La Hermandad de La O tiene como titular a Nuestro Padre Jesús Nazareno, representado durante su camino hacia el Calvario, cargado con la Cruz al hombro. 

La Cruz llama la atención por estar revestida de carey, concha de tortuga que se traía de las Indias y que era de gran precio. En cierta ocasión la hermandad quiso mejorar la Cruz que llevaba en un principio, para lo que labraron una en madera de cedro. 

Sin embargo, esta no gustó del todo, ya que se veía pobre al lado de la maravillosa escultura del Señor. 

Un día, en que se estaba celebrando la Misa de la Hermandad, llegaron a la puerta de la iglesia varios hombres, que por su indumentaría parecían marineros, y depositaron en el pórtico un gran envoltorio diciendo: " 

Éste es el pago de una promesa que habíamos hecho al salvarnos el Señor de un neufragio en los mares del Sur". 

El envoltorio contenía riquísimas piezas de concha de carey e inmediatamente la hermandad acordó que sirvieran para revestir la Cruz del Señor Nazareno. 

Dicha tarea fué realizada por el artista Manuel José Domínguez, quien realizó la labor con gran maestría, poniendo en las aristas unas cantoneras de plata de gran mérito.


Fuente: http://www.sevillaen360.es/planodesevilla/curiosidades-y-leyendas-de-sevilla.html

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