sábado, 11 de junio de 2016

A mi Padre



Cerca está el día del padre y soy consciente que frente a ti no podré decir todas estas palabras, 
estará la familia reunida, por eso, las escribo con todo el cariño, al "primer amor de mi vida".
Papá, por ti siempre mi amor, a ti, mi sentimental hombre, que aprisionaba sus lágrimas en unos ojos rojos, llenos de emoción, cada vez que yo sufría una desilusión o un fracaso, así entendí que el hombre sufre quizás más que la mujer, pero le es negada expresar, por quién sabe qué lógica, su dolor.

Tu niña terca, esta que podía ponerse él los cordones en ese aparato nuevo o que usaba las muletas para pegarse con otros niños porque no podía correr.

Sí, gracias a ti, que aprendí a andar sin desfallecer una y otra vez, me enseñaste a tan mujer 
como las demás y hacerlas y a conseguir mis ambiciones perfectamente
Gracias, a esos primeros libro... que me traía del mercado donde tú trabajabas para poder leer, 
y que hoy te agradezco por hacer de mí una buena lectora gracias a aquellas caricias cuando 
estaba triste... y me pregunto, ¿por qué escribo? 
¿Por qué esta necesidad, de expresar mis sentimientos entre líneas y sentirme más habladora?

Como ha pasado el tiempo, tu niña se transformó en una mujer con hogar e hijos, y si me enamoré más de una vez, nunca dejé de ser aquella Electra, para conservar el amor hacía su padre, con ferviente admiración, al héroe de mi infancia, al gallardo varón de mi adolescencia, al padre protector y amigo de mi juventud.
El ejemplo de hombre y padre, al enamorarme teniendo conciencia, que no todo es perfección, que no todo es de color de rosa, que es tan bello amar con defectos y virtudes, sin cobardías en las tempestades, siempre construyendo los mejores días. 
Que un hombre y una mujer merecen todos los derechos, y tienen ambos las mismas obligaciones, no siendo iguales, siendo complemento, porque son dos mitades de una unidad.

Mi madre y tú, a quienes debo todo lo que hoy soy, porque no desfallecisteis en ningún momento 
por mi bien, la fuerza que vi, en tus acciones, es modelo para mi propia fuerza en mis dolores y camino.
Firme tú siempre, con tu mirada amistosa, a pesar de que los años ya han dejado mella en tus ojos, sigues siendo el primero por encima de cualquier sentimiento.
Tú sigues sujetando mi mano, como lo hacías cuando era niña, cada vez que sientes que lo necesito, en cada cosa que hago, tus sabios consejos, siempre recuerdo, están aquí presentes.

Esas caricias en la cabeza, esos besos estrechándome la cara, siempre ha sabido expresar el cariño y el amor por mí sientes.
Pero ¿sabes?, recuerdo tanto la colonia, tus pañuelos, tu forma de andar, tú silbidos cuando y vas llegando a casa, y mi corazón se aceleraba, y la de bailar después de tantos años hay tantos, y tantos detalles en tu forma de educarnos, a tu manera esa manera tan "especial".

Si el concepto de respeto quedó en mi mente, nació en tenerte en mi vida.
Gracias por ser mi padre, gracias por decirme tu hija, por todos estos años que debo a la vida y a Dios, de conservarte aún conmigo, mil bendiciones, derrame nuestra madre en tu frente, si llegas a tu último día, que sea ella quien te acompañe y guíe, por fin así vuelvan a estar unidos
5/1/09 

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