No las grandes verdades, yo te pregunto, que
No las contestarías; solamente investigo
Sí, cuando me gestaste, fue la luna testigo,
Por los oscuros patios en flor, paseándose.
Y sí, cuando en tu seno de fervores latinos
Yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro
Te adormeció las noches, y miraste, en el oro
Del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos.
Porque mi alma es toda fantástica, viajera,
Y la envuelve una nube de locura ligera
Cuando la luna nueva sube al cielo azulino.
Y gusta, si el mar abre sus fuertes feliz día ebeteros.
Arrullada en un claro cantar de marineros
Mirar las grandes aves que pasan sin destino.
Alfonsina Storni
lunes, 20 de junio de 2016
Palabras a mi madre
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