miércoles, 4 de enero de 2012

DÍA DE AÑO NUEVO


.El día de Año Nuevo es la más antigua y universal de las festividades religiosas. Curiosamente, su historia comienza en una época en la que aún no existía un calendario anual.
El tiempo transcurrido entre la siembra y la cosecha representaba un “año” o ciclo.

La fiesta de Año Nuevo más antigua que se ha registrado se cele­braba en la ciudad de Babilonia, cuyas ruinas se alzan cerca de la mo­derna ciudad de Al-Illah, en Irak.

 Se situaba a fines de marzo, en el equinoccio vernal o de primavera, esto es, al comenzar esta estación, y los actos festivos duraban once días.

 Los festejos modernos palide­cen si se comparan con ellos.

 Los iniciaba un sumo sacerdote que, ha­biéndose levantando dos horas antes del alba y tras bañarse en las aguas sagradas del Éufrates, ofrecía un himno al dios local de la agri­cultura, Marduk, orando para pedir un nuevo ciclo de cosechas abundantes.

 Se pasaba la grupa de un carnero decapitado por los muros del templo, a fin de absorber todo contagio que pudiera infestar el sa­grado edificio y, por extensión, la cosecha del ano siguiente.

 La cere­monia recibía el nombre de Kuppuru, palabra que apareció entre los hebreos casi al mismo tiempo, en su día de Reparación, o Yom Kippur.

Tanto desde el punto de vista astronómico como del agrícola, enero
es el peor tiempo para comenzar simbólicamente un ciclo agra­rio o Año Nuevo.

 El sol no se encuentra en un lugar adecuado del cielo, como ocurre
en los equinoccios de primavera y otoño y en los solsticios de invierno
y verano, los cuatro acontecimientos solares que ponen fin a las estaciones.
El traslado de este día sagrado se inició con los romanos.

Según su antiguo calendario, los romanos consideraban el 25 de marzo,
comienzo de la primavera, como el primer día del año.

Sin embargo, los emperadores y los altos funcionarios
alteraron repeti­damente la longitud de meses y años para ampliar
el tiempo de sus mandatos.

 Las fechas del calendario guardaban tan poca sincroniza­ción con los hitos astronómicos en e! año 153 a.C., que para fijar con seguridad numerosas
ocasiones de tipo público el Senado ro­mano declaró
el 1 de enero primer día del año.

 A continuación se produjeron nuevas alteraciones de fechas, y para iniciar
de nuevo el calendario, el 1 de enero, en el año 46 a.C., Julio César tuvo
que prolongar el año hasta 445 días, por lo que se conoce en la historia
como “Año de la Confusión”.

El nuevo calendario creado por César fue llamado, en su honor, calendario juliano.

Después de la conversión de Roma al cristianismo en el siglo IV, los emperadores siguieron organizando celebraciones de Año Nuevo.

 Sin embargo, la naciente Iglesia abolió todas las prácticas paganas
(es decir, no cristianas), y por tanto condenó estas festividades como
es­candalosas y prohibió a los cristianos su participación en ellas.

 A me­dida que la Iglesia consiguió conversos y poder, planificó
estratégica­mente sus propias fiestas para competir con las paganas,
en muchas ocasiones aprovechándose de su popularidad.

 Para rivalizar con la fiesta de Año Nuevo, el 1 de enero, la Iglesia
estableció su propia fes­tividad en la misma fecha, la Circuncisión
del Señor, que todavía ob­servan católicos, luteranos, episcopalianos
y numerosas Iglesias orto­doxas de Oriente.

Durante la Edad Media, !a Iglesia se mantuvo tan hostil al antiguo
Año Nuevo pagano, que en las ciudades y países predominantemente
católicos esta celebración desapareció por completo,
Y cuando perió­dicamente volvía a resurgir, quedaba relegada
al olvido en poco tiempo y casi en todas partes.

 En cierta época, durante la Baja Edad Media. desde el siglo XI al XIII,
los británicos celebraban el Año Nuevo el 25 de marzo, los franceses
 el domingo de Pascua, y los italia­nos el día de Navidad, que era
entonces el 15 de diciembre; sólo en la Península Ibérica
se observaba el 1 de enero.
 La aceptación general de esta fecha sólo data de los últimos 400 años

2 comentarios:

  1. Lola querida,

    adoro ver você nos blogs, e cá estou! Envio uvas a você, colhidas nas mãos de Jesus, e embrulhadas em pano de algodão, como no Tempo dEle.Que Ele e Nossa Senhora abençoem você e todos os que ama.

    Bjs

    ResponderEliminar