viernes, 8 de julio de 2011

Hay días buenos y días malos

Extraña, incomprensible la vida humana. 
Hay días de sol.
No sabes por qué estás contento, ves el lado bueno, hermoso de la vida. 
El trabajo te sale bien.
Todo el mundo se muestra amistoso y no sabes por qué. 
Tal vez dormiste bien, tal vez encontraste una buena persona. 
Y te sientes comprendido, protegido.
 
Todo el mundo se muestra amistoso y no sabes por
qué. Tal vez dormiste bien, tal vez encontraste una
buena persona. Y te sientes comprendido, protegido.

Piensas que quisieras que todo quede así, con esta paz,
esta profunda alegría... pero de pronto, todo cambia,
como si un sol demasiado brillante hubiera atraído las
nubes, y te asalta una tristeza inexplicable.
 
Todo te parece negro. Crees que los otros no te
aprecian. En pequeñeces buscas motivos para criticar
y lamentarte, para envidiar y acusar. Crees que
siempre será así y no sabes por qué será así.

Porque el hombre es parte de la naturaleza, con días
primaverales y días otoñales, con el calor del verano y
el frío del invierno. Porque el hombre sigue el ritmo
del mar: marea baja y alta.

Porque nuestra existencia es repetición de vida y
muerte. Si lo comprendes, seguirás con coraje y fe,
porque bien sabes que tras cada noche, hay un nuevo
amanecer.
 
Cuando comprendas y aceptes esto, llegarás, por él
eterno  vaivén, a un concepto vital que te premiará con
una vida más plena. Cuando todo parece oscuro, la
amargura inunda tu corazón, la esperanza se atrofia ...
Busca en tu memoria los días hermosos cuando estabas
lleno de alegría, confianza, cuando todo estaba bien.

¡No olvides los días hermosos¡
Porque si los olvidas, nunca volverán.
Días buenos y malos. Los buenos pasan. Lo sabes y  no
te agrada, pero los malos también pasan!

-Desconozco el autor, recibido por email de un amigo.

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