Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender… que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.
Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes…, y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, que uno aprende y aprende…, y con cada día uno aprende.
(Autor desconocido)
Magnifica entrada querida Lola, ciertamente debemos aprender que dentro de nosotras está la felicidad, eso de aprender a decorar el jardin del alma me ha atrapado amiga,¡que delicadeza en tu relato...te doy las gracias
ResponderEliminarSé feliz y que todo siga bien
Un abrazo grande
Stella
Y uno aprende al pasar por esta entrada, que las palabras acarician recovecos de nuestra alma, aprende que los relatos también abrazan, que las letras besan y que puedes sentirte acompañada con alguien desconocido hasta entonces...
ResponderEliminarBesos desde Jaén
Me encantó tu blog, te invito a conocer el mio...
http://eltinterodeunaescritoraamparodonaire.blogspot.com.es/
hermoso LOLA
ResponderEliminarY CON GRAN MENSAJE.....
BESOS....
MIRTA