Al verte, mis ojos se estremecen,
al verte, mis ojos se humedecen.
Con el corazón destrozado por alejarte de mi vida,
se me cayeron unas cuantas lágrimas en mi mejilla.
Con una pluma en mi mano,
me puse a escribir unas cuantas frases,
por cada sílaba me caía una lágrima
y por cada suspiro mi corazón se entristecía.
No lloraba porque quería, no pensaba que te extrañaría.
Dejaba el tiempo pasar, pero cada día te quería más.
Dejaba el sol marchar y cada día te extrañaba más.
Cuando sentía tu presencia, mi rostro se radiaba
de felicidad, pero a pesar de ello, tú no sentías
Nada por mí, ya no querías amar a ese amor
¡Qué tanto te ha querido!
No hay comentarios:
Publicar un comentario