martes, 28 de junio de 2016

Madre

    Te digo al llegar, madre,
    que tú eres como el mar;
    que aunque las olas
    de tus años se cambien y te muden,
    siempre es igual tu sitio
    al paso de mi alma.

    No es preciso medida
    ni cálculo para el conocimiento
    de ese cielo de tu alma;
    el color, hora eterna,
    la luz de tu poniente,
    te señalan, ¡oh madre!, entre las olas,
    conocida y eterna en su mudanza.

    Juan Ramón Jiménez

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