¿Sólo esto? Cuenta Sri Rama- krisna que un hombre se aprestaba a cruzar un río cuando el maestro Bibhishana se aproximó,
escribió un nombre en una hoja, la ató a la espalda del hombre y le dijo:-
No tengas miedo. Tu fe te ayudará a caminar sobre las aguas. Pero en el instante en que pierdas la fe, te ahogarás.
El hombre confió en Bibhi- shana y comenzó a caminar sobre las aguas, sin ninguna dificultad.
A cierta altura, no obstante, sintió un inmenso deseo de saber lo que su maestro había escrito en la hoja atada a sus espaldas.
La cogió y la leyó:“¡Oh, dios Rama, ayuda a este hombre a cruzar el río!”“
¿Sólo esto?”, pensó el hombre. “
¿Quién es este dios Rama, al fin y al cabo?” En el momento en que la duda se instaló en su mente él se sumergió y se ahogó en la corriente.
La niña y la tempestad. La niña solía ir caminando todos los días a la escuela.
Una tarde de tempestad, en que los vientos soplaban cada vez con más fuerza y los rayos y truenos sacudían el vecindario,
pasó su hora habi- tual de regresar a la casa sin que apareciera.
La madre, preocupada, llamó al colegio, donde le informaron que la niña ya se había ido.
Al ver que no llegaba, se puso el impermeable y salió, imaginando que su hija debía estar paralizada de miedo, llorando y esperando que la tempestad pasara.
Para su tranquilidad, en cuanto dobló la esquina vio a la niña que caminaba lentamente hacia la casa; pero paraba cada vez que caía un rayo, miraba hacia el cielo y sonreía.
La madre llegó corriendo, colocó a la niña bajo su capa y le preguntó por qué se había demorado tanto. - ¿Es que no ves los flashes?, dijo ella. – ¡Dios me está sacando fotos!
El verdadero respeto. Durante la evangelización en el Japón, un misionero fue hecho prisionero por samurais. -
Si quieres continuar vivo, mañana tendrás que pisar la imagen de Cristo en frente de todo el mundo- dijeron los guerreros.
El misionero se fue a dormir sin albergar dudas en su corazón: nunca cometería ese sacrilegio, y estaba preparado para el martirio.
Despertó en mitad de la noche, y al levantarse, tropezó con un hombre que estaba durmien- do en el suelo.
Casi se cae de espaldas de la sorpresa: ¡Era Jesucristo en persona!-Ahora que ya me has pisa- do en carne y hueso, ve ahí fuera y pisa mi imagen- dijo Jesús-.
Porque luchar por una idea es mucho más importante que la vanidad de un sacrificio.
Rezando por todos. Un labrador con la mujer enferma llamó a un sacerdote budista a su casa.
El sacerdote empezó a rezar pidiendo que Dios curase a todos los enfermos. -
Un momento- le interrumpió el labrador-. Yo lo que le pedí fue que rezara por mi mujer, y usted se ha puesto a rezar por todos los enfer- mos.
Al final a lo mejor se beneficia mi vecino, que también está enfermo, y que además no me cae bien.-
Al rezar por todos, estoy uniendo mis oraciones a las de miles de personas que se encuentran ahora pidiendo por sus enfermos.
Sumadas, estas voces llegan a Dios y benefician a todos. Divididas, pierden fuerza, y no llegan a ninguna parte.
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Por Paulo Coelho. Escritor
www.paulocoelhoblog.com
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